El CEO se Entera de Mis Mentiras

Capítulo 209

Raquel regresó apresuradamente al dormitorio de chicas y vio a Camila herida.

-Raquelita, no te preocupes, estoy bien. Solo me torcí el tobillo mientras caminaba hoy, está un poco hinchado, pero me puse un poco de alcohol de romero y en poco tiempo se me pasará. ¿Cómo es que Nahia te llamó para que vinieras? No es para tanto.

Resulta que Camila solo se había torcido el tobillo.

Nahia, al teléfono, le dijo a Raquel que Camila había tenido un accidente, pero no especificó exactamente qué había ocurrido. Raquel se había asustado mucho.

-Entonces quédate aquí descansando, no te muevas demasiado.

-Lo sé.

Raquel revisó el tobillo de Camila, que estaba rojo e hinchado, y al asegurarse de que no era nada grave, se relajó. Tomó su pijama y entró al baño para darse una ducha caliente.

Su cuerpo estaba adolorido, y los recuerdos de la noche anterior, de las marcas que Alberto

había dejado en su piel, eran un recordatorio constante.

Raquel no pudo evitar pensar en esa imagen de anoche, él sobre ella.

Mirándola con esos ojos ardientes.

Con su pequeña mano trató de taparle los ojos. —No mires.

Él le apartó la mano y la besó, presionando su cuerpo contra el suyo. -Raquelita,

eres tan

hermosa.

Raquel sintió que todo su ser se derretía bajo ese beso ardiente y apasionado.

Cerró los ojos un momento, tratando de despejar su mente de esos recuerdos cálidos. ¿Estaría él ya despierto?

Se levantó primero, ¿la buscaría él?

Después de la ducha, Raquel se acostó a dormir un poco más. La noche anterior había sido muy agotadora, y pronto se quedó dormida.

Cuando despertó, ya era tarde en la tarde. Abrió los ojos, sacó su teléfono y miró la pantalla.

El teléfono estaba vacío; Alberto no la había contactado.

Ni llamadas, ni mensajes, nada en absoluto.

Raquel miró su pantalla, con algo de tristeza y desilusión en sus ojos claros.

Raquel se levantó de la cama y, casi al instante, alguien comenzó a golpear la puerta. Camila abrió y encontró a unos desconocidos al otro lado. -¿Ustedes quiénes son?

-¿Es aquí el cuarto de Nahia? Venimos a ayudarla a mudarse.

Raquel y Camila se miraron sorprendidas. -¿Mudarse? ¿A dónde se va Nahia?

-Nahia ya no vivirá aquí, se mudó a Residencial MonteClaro.

¿Residencial MonteClaro?

Eso era uno de los barrios más exclusivos de Solarena, donde cada metro cuadrado valía una fortuna, y varios famosos vivían allí.

Camila se sorprendió aún más. -¿Están seguros de que no se han equivocado?

-No, no nos hemos equivocado. Nahia firmó un contrato con una agencia de entretenimiento. A partir de ahora, Mariana la llevará personalmente.

Mariana era una agente de talento famosa en el mundo del espectáculo, conocida por hacer estrellas de la nada.

Los desconocidos entraron y solo tomaron los documentos de Nahia y algunos libros, dejando todo lo demás y tirando el resto a la basura.

Camila aún no lograba procesarlo. -Raquelita, ¿qué le pasó a Nahia? ¿Cómo que de repente se volvió tan exitosa?

Ambas sabían cómo era la situación de Nahia. Ayer, todavía tenía que trabajar en varios empleos para sobrevivir, y hoy se estaba mudando a un vecindario de ricos, con la famosa Mariana a su lado, lista para debutar en el mundo del espectáculo.

Y ni siquiera fue ella quien vino a recoger sus cosas, sino que mandó a alguien más.

Camila tenía cara de no entender nada.

Raquel observó cómo se alejaban los desconocidos y frunció el ceño. -Aunque yo también no sé qué pasó con Nahia, esos hombres claramente tienen influencia. No debemos preocuparnos demasiado. Seguro que ahora todo está mejor para ella.

Camila asintió. Esperemos que sí, realmente queremos lo mejor para Nahia.noveldrama

Sabían lo difícil que había sido la vida de Nahia, que había nacido en una familia muy humilde, lo que la hacía sentirse insegura y cautelosa en todo momento. Raquel y Camila siempre la habían apoyado sinceramente, con la esperanza de que pudiera mejorar.

En ese momento, sonó un suave timbre de teléfono, era Raquel, la que recibía una llamada.

Capitulo 209

-Raquelita, hoy me dan de alta, si no vienes yo me voy solo.

Raquel se dio una palmada en la frente, se había olvidado completamente de que Ramón salía del hospital hoy.